La depresión afecta a un gran número de jóvenes y adultos occidentales siendo la primera causa de muerte (por suicidio) entre los más jóvenes. En ocasiones este trastorno viene enmascarado por unos síntomas que nos confunden y dan pie a pensar que la persona sufre algo pasajero y sin importancia cuando no es así.
Si sospechamos que alguien puede estar cursando un síndrome depresivo podemos hacerle estas 4 preguntas:
* ¿Ha perdido peso últimamente? ¿y apetito?
* ¿Hace más de 15 días que usted se siente cansado?
* ¿Duerme usted bien?¿Toda la noche o se despierta?
* En las situaciones agradables de su día a día ¿usted disfruta cómo antes?
Las respuestas nos harán sospechar de una posible depresión y ,por tanto, si hay que derivar al paciente, amigo o familiar a un profesional del sector para que lo evalúe más exhaustivamente.
En ocasiones pensamos que es una simple astenia o cansancio pero en realidad no es así. Se necesita ayuda, comprensión y soporte profesional para volver a un estado mentalmente sano y dar herramientas oportunas para que no se vuelva a recaer.
Es básico el trabajo de los pensamientos y el debate de los pensamientos irracionales. Los hechos ocurridos en la vida no son tan importantes como lo que pensamos sobre ellos. Es de vital importancia derrocar las creencias que nos limitan ya que los pensamientos preceden a las emociones. En este hecho se basa la terapia racional emotiva definida por Albert Ellis.
En el siguiente post hablaremos en qué consiste dicha terapia.